mayo 30, 2010

Volcán San José, la accidentada cumbre..

Siempre tuve ganas de hacer un volcán, más si el volcán tiene una gran altura, hasta ese minuto sería la cuota más alta de mi vida, un gran desafío o sólo un sueño...


Bajando del Cerro Gloria, en octubre del 2009, comenzó a nacer la idea de conquistar San José. Algo lejano, quizás a esa altura imposible, sin embargo, existía el ímpetu y las ganas. Con Therma (Germán), planeamos una fecha, no obstante, la cantidad de nieve albergada hacia casi imposible poder ascender en ese momento. Las luces de este barco se iban apagando.
Revisando un foro, apareció Francisco con su masiva invitación. Tengo que subir! tengo que ganar altura, la capacidad aeróbica tiene que estar en su límite, todo por lograr mi mayor esfuerzo. Coordiné los permisos necesarios, realicé las gestiones justas, me abastecí de lo imprescindible y me sumé a la experiencia. Esta salida atrajo las miradas desde la quinta a la novena Región. Despertó los apetitos cumbreros desde los mas experimentados hasta novatos con escasa preparación. El proceso de planificación y afino de los detalles fue realizado con toda seriedad y que denotó gran profesionalismo. Las personalidades de los participantes pese a ser diversas lograron un tono común que resonó al unísono bajo los faldeos del San José.
Enero 6, 2010.
Desde mi trabajo parto rumbo al encuentro de Therma, iré a dormir en casa de él y así estar mas cerca del destino. Sorpresa mía, cuando al subirme a su auto, me dice..."tenemos que ir a un cumpleaños". Completamente en otro esquema, estuvimos hasta pasado de las 12 en ese departamento, la preocupación era evidente, teníamos que partir muy temprano, pero.... donde manda capitán...En fin, todo este rato compartimos experiencias y las ansias por subir. El adiós del día, lo marcaban las 3 de la madrugada.
Enero 7, 2010
El reloj sonó a las 06:00 am, nos levantamos raudamente y partimos a buscar a los "soldados", amigos de Therma con quien compartimos cordada. En el camino, ya los nervios se acrecentaban, todo se veía mas cerca hasta que por fin!, el correcto aviso a carabineros marcó el verdadero inicio de la aventura. Ya en el cabrerío, caminamos y caminamos fuimos mostrado nuestra capacidad física, deslumbrando nuestros pasos haciendo carne nuestro anhelo. Pasamos por Plantat, un preciosos refugio, nos paramos a comer y descansar, sólo eso, pues el destino era otro.
Subimos un par de horas más y llegamos a las Lajas, en donde conciliamos el sueño a 3500 mts de altura, veía mi norte y sentía que que algo no iba bien, el nublado del cielo a tan temprana hora no me convencía, pero existía la fe y los sueños cumbreros. A dormir tenemos la esperanza de que el sol muestre sus brazos.
Enero 8, 2010
Las 8:00 marcaban el inicio de la travesía, el camino se hacia blanco, algunos pequeños tramos plomos, notaban la presencia de rocas, el ascenso era lo principal, un campo duro de penitentes atravesamos, las bajas se iban notando. Eramos 12 exploradores esparcidos por casi todo el trayecto, mi tercer lugar no cedería, es más, debía seguir. Al rato sonó la radio, Therma y el soldado, no seguirán, el mal de altura los derrumbó, debían descender. La mitad de mi cordada quedó abajo, que desición, bajo? o sigo?. Opte por la segunda, pues por radio nos comunicaron que estaban bien y que no habría problemas. Esta desición me costó tomarla, hace un tiempo cometí el error de seguir.. seguir, y me ocasionó problemas, asi que hablé con mi compañero más cercano y esperamos la comunicación con los que descendían, Therma era quien estaba con puna y el soldado lo acompañaba, ese era la respuesta que necesitabamos, quedamos más tranquilos.
Frente a mis ojos, un empinado camino, Que camino!!! los penitentes eran odiados por mi! que por aquí, que por allá, cuidado.. que mira... que no señor! no quería mas penitentes!!!. Luego de unas 2 horas terminó la travesía de este interminable camino (por lo menos para mi). A las 17:00 hrs, ya montaba mi campamento de emergencia, en el que Nelsòn me albergó en su carpa, pues como comenté, a parte de mi cordada lo abatió la famosa puna del volcán. La ansiedad de esperar al otro día el ataque de cumbre era total, el saco de dormir nos cobijó cerca de las 20:00 hrs. y a más de 4.8oo mts. La noche sería breve, se venía la conquista final.

Enero 9, 2010
Suenan y suenan relojes, celulares, alarmas, las 3:30 am daban el inicio del fin. Ya estábamos listos, eramos 10 personajes con un gran sueño, las fuerzas de cada uno eran distintas, y eso se notó ya que al partir sólo iniciamos 7 hombres el trayecto. El frío se acrecentaba a medida que amanecía, el acarreo era interminable... el típico paso uno pa´delante, dos pa´trás, pero nada impedía que continuara con mi meta. En el filo final el soldado cumbrero se abatió, y ya en el cráter lo siguieron otras dos personas y yo ahí, impávido, firme, con anhelos de contribuir a mi historia personal.
Es extraño, cuando llegué al encuentro con todos los montañistas, estoy seguro que muchos de los colegas, no apostaban por mi, incluso dos de ellos me lo mencionaron, en fin, yo tampoco lo hubiera hecho, no tengo el cuerpo, el porte, ni incluso la plata que muchos experimentados montañistas tienen. Pero allí estaba yo, abriendo camino, avanzando a un ritmo constante, en una sola dirección: la cumbre.
En el enorme cráter la emoción me embargó, vi la cumbre frente a mi, el frío no importaba, el viento dejé que pasara por sobre mis ojos, y a paso lento, con el cansancio de más de 7 horas de ascenso, comencé a tocar un trozo del cielo. Así es, a las 10:35 hrs del 9 de enero, alcancé una estrella, toqué un trozo de cielo, conquisté más que un sueño, superé mis expectativas, logré mi mayor esfuerzo, los 5.867 mts del volcán San José pasaron a ser parte de mi historia.

La temperatura promedio no superaba los -20 grados, así que el descenso debía ser veloz, junto a Paulo, Francisco y Nelsòn, los tres conquistadores, bajamos raudamente por el eterno acarreo, hasta terminar en tres horas en campamento.
Descansamos bastante y a las 16:00 hrs. desarmamos campamento para partir al refugio, debíamos descender al menos 1.500 mts, ya habíamos descendido 1.000, ahora quedaba el resto.

Un trocito de texto para olvidar.
Cuando comenzamos el camino, Therma me prestó un casco, implemento que me acompañó dentro de la mochila casi todo el camino. Pero a la hora de la bajada lo utilicé, con el objeto de precaución, confieso que eso jamás lo hago, ese día recuerdo que comenté "me pondré el casco, siempre me caigo en las bajadas".
18:30 hrs. casi al llegar al sector de las Lajas, una ladera de nieve cedió a mis pasos y caí en un veloz "potogan" casi 200 mts, arrasando con rocas a mi paso y terminando en un montón de ellas. Abrí mis ojos y no veía nada, claramente me aterré. Nuevamente abrí mis ojos y comencé a ver todo nublado, todo me daba vueltas. quise descansar y así estuve un par de minutos.
Los lentes rotos a medio poner, el casco sujeto sobre mi cabeza, la mochila firme en mi espalda, fueron mi mejor colchón, gracias a ellos, creo que puedo escribir.
De pronto sentí un liquido tibio sobre mi cara, la sangre se hacia notar. Me saqué el caso y vi lo trizado que estaba. Dios, de la que me salve! Mi pierna doblada se acostaba bajo una enorme roca, la cual tuve que hacer palanca con el piolet para sacar, el dolor era intenso, me puse de pie y caí, aún mareado miraba a mi alrededor y no veía a nadie. Quería llegar tan rápido que descuidé ir al ritmo de mis compañeros, avancé y ahora que los necesitaba más que nunca, no estaban, y, por mi culpa, yo fui el que me alejé
Me puse lentamente de pie, luego de estancarme la sangre del rostro, comencé lentamente a caminar, no sin antes esbozar: "ayuda", "compañeros"... todo era en vano, estaba realmente solo. Me empecé a enfriar, estuve muchos minutos quieto, me debía mover ya.
A paso lento encontré el camino y seguí, no vi a nadie por lo menos en una hora más, cuando casi llegando a campamento el soldado me dice: "wena, felicitaciones!!! supe que hiciste cumbre... (el rostro cambió al igual que el tono)...que te paso!!!, la sangre... tranquilo descansa, señores!!!, mauroshy necesita ayuda, rápido."
Entre varios bajaron mis cosas, yo del brazo del soldado y a descansar, debía caminar al menos 4 horas más de bajada para el auto, pero eso, sería al otro día.
Como moraleja, nunca separarse tanto del grupo, y siempre usar la seguridad pertinente. Yo erré en el primer punto. La cumbre tuvo su precio, no estoy dispuesto a pagar lo mismo nuevamente por otra, la seguridad y la prevención serán aún más.
Enero 10, 2010
No existían despertadores, no habían alarmas, ya todo era más descansado. A las 10:oo comenzamos a movernos, yo algo más lento, pero mejorando, afortunadamente todos mis amigos montañistas me ayudaron, en ningún momento me sentí sólo.
Partimos el descenso final, yo caminando valientemente, aguantándome el dolor, pero con la satisfacción de haber alcanzado la cumbre y por conocer a otros 12 locos, enamorados de la libertad.
Gran equipo, grandes hombres, todos con sueños y esperanzas, todos compartiendo algo mas que una pasión: el lujo de tener frente a nuestros ojos, la montaña.Termino feliz, logré un estrella, un pedazo de cielo lo alcancé con mi mano, la cumbre ya es parte de mi historia.

3 comentarios:

Andinista Ochentero dijo...

Bien compañero.
Salio cara la cumbre, cuidate harto.
Amamos la libertad!!
Viva la montaña!!
varias veces me han dicho que estoy loco por la montaña, jaja y si orgulloso.

saludos estimado

Joaquin Iturrieta B dijo...

Me emocionaste con tu relato wn.

felicitaciones, siento una sana envidia.

Siempre de chico me gustó subir cerros, pero recién hace muy poco estoy empezando a hacerlo en cerros más grandes. Espero aprender y mejorar con el tiempo y las subidas, y algún día realizar tu hazaña.

felicitaciones!

richard arizmendi dijo...

Compa... es un relato con pasión, parto por felicitarte por tu logro y claro ya está en tu historia, espero poder llegar a esa misma estrella.
Muy buen relato. ( se notó que subiste alentado por tu amor a la montaña.)