abril 12, 2010

Por la Ruta de los Dioses, Cerro el Padre

Ya devuelta de mis vacaciones, recuperando energías y con ganas de seguir conociendo los lugares más recónditos de mi país, es que me llegó la invitación para formar parte de esta aventura.
Huachimingo, aquel viejo amigo del foro de montaña, nuevamente se hacía presente en mis aventuras, invitando a formar parte de esta expedición, 3 noches y 3 días, dieron a basto para recorres los casi 50 km de trecking de esta bellísima ruta.

Ubicación

El lugar se encuentra ubicado en el fundo la Canabina, al interior de la comuna de San Esteban, en la quinta región cordillera, exactamente en el cajón de San Francisco.

Un poco de historia
El lugar donde hoy se ubica "La Canabina" fue originariamente zona de asentamientos indígenas, cuya estadía demuestran los numerosos vestigios arqueológicos que aquí han sido encontrados (utensilios de piedra, vasijas, etc) y la presencia de interesantes petroglifos y tambos, de al menos 1000 años de antigüedad.

Durante la época colonial formaba parte de la gran hacienda San Francisco de Regis, en el valle de Aconcagua, propiedad de la familia Toro-Mazote. La hacienda fue donada en 1756 a los jesuitas quienes la ocuparon hasta su expulsión, en el año 1767 Fue luego propiedad de las monjas Ursulinas.
Durante el periodo de la independencia, se dice que por éste lugar pasaba regularmente Manuel Rodriguez desde y hacia Argentina y que habría sido el paso que usó la caballería ligera del Ejército Libertador cuando se enfrentó con el Ejercito Realista en la famosa batalla de Chacabuco.
Desde 1928, La Canabina pertenece a la familia Cristi, parte de la cual vive en el lugar y se dedica a la crianza de caballos. (fuente www.porlarutadelosdioses.cl)

La ruta.
Mi cordada la compuso Alejandro, Roberto y yo, además nos acompañó en el Vehículo José Luis (JotaEle), sin embargo, el marco era mayor: 29 personas distribuidas en más de 8 cordadas.


1° día. Partimos puntualmente de santiago a las 20:30 hrs.
Llegamos al punto de reunión en el terminal de buses "terrapuerto", en donde, vislumbramos que por lo menos eran 20 personas más que formarían parte de esta expedición. La alegría de conocer a otros locos, nos inundaba.
Partimos rumbo al inicio de la travesía, a encontrarnos con otros más, y luego de casi una hora en vehículo con un conflictivo camino, llegamos al portón del Fundo. La bienvenida no se hizo esperar y comenzamos nuestro trayecto. Ya eran cerca de las 2 de la mañana y decidimos armar nuestro primer campamento, 29 personajes todos dispersos en un valle del cajón de San Francisco, durmiendo en tiendas apresuradas por lo tardío del día, los "vivac" se hicieron presente, es así, que con mi cordada, decidimos no armar campamento y dormir con el cielo de fondo.


2° Día: Buenos días, cuando eran cerca de las 8:00 de la mañana, todos listos y desayunados para comenzar un largo camino, el camino vehicular comenzaba a despedirse, dando origen a un sendero marcadísimo cubierto por las especies nativas típicas de la cordillera central, sólo por nombrar algunos maqui, maitén, peumo, lun, goyén, culen, canelo; arbustos como la ñipa, crucero, guayacán, puehuén, retamo, olivillo, husillo, arrayán; hierbas como el llantén, menta, ruda, matico, entre tantos otros.
Durante el trayecto, se vislumbraban rocas con claros petróglificos, que hacían notar la prehistoria de este asentamiento. Las fotografías del grupo distribuido en más de 4 km de extensión, se dispersaban entra las conversaciones y risas de todos.
En el camino, siempre bordeamos el río, que dicho sea de paso, son los deshielos que aún en estas fechas nos regala los andes.
Llegamos a un punto en donde se cruza con otro estero, este lo debimos cruzar, un par de piedras y listo! ya estábamos al otro lado, si hubiesemos seguido ese estero, llegaríamos al valle de engorda, pero ese en esta ocasión no era nuestro destino.
Luego de un par de horas y siguiendo el estero San Francisco, visualizamos en pequeño plano de tierra junto a unas pircas el inicio del cajón del Toro, lo que nos invitaba a seguir ese trayecto.
Nuevamente cruzamos este estero, pero esta vez, con el objeto de ir al lado de él, ya que por el costado en que estábamos no había sendero, por lo tanto, viramos a la derecha y dejámos atrás el cajón de San Francisco, para internarnos al cajón del Toro.
El cajón se hacía cada vez más rocoso y pequeño, de a poco la flora del lugar iba desapareciendo, dando cuenta que ibamos ganando altura, despidiéndonos de los 1.600 m.s.n.m en que partimos, para llegar a 2.900 m.s.n.m. en campamento 2.
Cerca de las 16:00 hrs. y luego de una extensa parada de almuerzo, comenzó a llegar al primer grupo al campamento 2, campamento que sería la base para conquistar la anhelada cumbre. A medida que llegábamos, comenzabamos a buscar lugares para instalar nuestras carpas, estábamos cansados, los 14 km de treccking el cuerpo los hacia notar. Sólo queríamos una comida caliente y dormir, teníamos todo listo para conquistar El Padre, cerro que corona todo este cajón.
3° día: A las 6:00 am comenzó el juego, de los 29 conquistadores tan sólo 24 quisieron intentar el desafío, la fría mañana nos acompaño, el cielo estrellado iluminaba nuestro camino, junto a nuestras frontales eramos luciérnagas que se esparcían en el andar, una perfecta fila en ascenso para la conquista del Padre.
De a poco el cansancio puso su marca en algunos, ya cerca de las 7:00 seguíamos 21 personas con una dirección clara.
08:00: Todo nuestra expedición, se ideó con el objeto de pasar por la laguna el toro, a más de 3600 m.s.n.m.; sin embargo, ca
minabamos y caminabamos, pero no era posible ver la belleza altiplanica. Hasta que, a lo lejos divisamos 2 grandes espejos de agua, y si! confirmábamos era la laguna, teníamos clara la dirección, frente a nosotros el cerro el Padre y comenzaba la fuerza para el último ataque, la cumbre se hacía sentir cada vez más cerca.
El agotamiento era disidor, la fila de expedicionarios se extendía por más de 2 horas de diferencia, aún así, todos ponían su último esfuerzo, la cumbre se olía tan sólo a metros.
10:20 La conquista de la cumbre ya era una realidad. 8.8 km de ataque fue la previa, los 4.066 m.s.n.m. ya eran nuestros, Cristopher (murdog) era el primero que se refrescaba con su viento, luego uno a uno fueron llegando los cumbreros a conquistar ese pedacito de los andes.
Mención aparte, y que me llena de orgullo, es que hace menos de un año que Cristopher comenzó a hacer cerros, recuerdo que lo acompañé en su primera salida, con sus jeans y zapatillas lisas, su cigarro en la seudo-cumbre lo caracterizaba como todo un "primerizo". Hoy, sin cigarros, sin jeans y con un calzado de montaña, luego de varios treccking en el cuerpo, era quien encabezaba el ataque final de cumbre. Orgulloso de ser parte de su historia personal, el primer 4.000 conquistado por mi amigo.
Pero no sólo él, sino que Roberto, JotaEle, en fin tantos otros, no paraban de sonreír, era su primera gran conquista, la puna no existió, el cansancio se dejó atrás. La felicidad era plena y más si frente a nuestros ojos veíamos el imponente Aconcagua, sueño de muchos. Personalmente creo que Alejo, luego de varios días, sigue pensando en su conquista, a todo su entorno le habla de ello, nunca había visto a un hombre tan contento, cuantas veces quiso detenerse, pero no, siguió y siguió, hasta que lo logró.
El viento fresco, afortunadamente suave, nos invitaba a descansar en el fin del camino, sin embargo... Todo lo que sube, tiene que bajar... es así como ya cerca de las 12:00 cuando llegó el último expedicionario a cumbre, comenzamos nuestro descenso, no sin antes fotografiarnos una y mil veces, dejar nuestras ofrendas en cumbre y descansar plenamente.
El acarreo de vuelta se hizo más breve de lo pensado, todos atacamos distintos frentes, el objetivo era claro, un mallín extenso y de un fresco verdor nos esperaba, en él estaban todos quienes quedaron en campamento e intentaron la cumbre, Huachimingo, el líder de expedición nos recibió a todos con un abrazo y la tan repetida pero agradable palabra: Felicitaciones.
Uno a uno fuimos llegando los 21 expedicionarios, fotos, anécdotas y risotadas fueron la tónica del momento. El cansancio abatió a muchos, lo que singnificó una confortable siesta, a otros el hambre los devoró y se dio la paut
a para atacar la otra cumbre, la de la alimentación.
A quienes les quedó fuerza, optaron por caminar a la laguna del toro, un precioso espectáculo, a más de 3.600 m.s.n.m., las fotografías del lugar muestran claramente lo bello del ecosistema reinante en este lugar.
De a poco nos fuimos devolviendo a nuestro campamento de origen, debíamos recorrer 8.8 km que nos separaba la cumbre del campamento 2, y el ritmo en todas las cordadas era el mismo: prepara comida caliente y comenzar a arreglar nuestras cosas.
Durante la noche, todos comenzamos a reunirnos alrededor de una fogata, fogata que una noche atrás sugirió Peter, con su tan recordada frase: "Won, si la caca prende la raja", refiriéndose a las bostas de animal. Y asi fue, todo ese desecho de los animales, sirvieron de abrigo para quienes compartimos anécdotas y gratos recuerdos, la montaña unió a un grupo de locos, locos montañistas.


4°Día:. LLegó el momento, el adiós era inevitable, dejábamos atrás un extenso cajón, cubierto de grandes cumbres. Cerca de las 08:00 am, Huachimingo apuraba el proceso del levantamiento de campamento, debíamos apresurarnos, nos esperaban a mediodía, nuestros vehículos de acercamiento.
A nuestro paso, más de 14 km. de recorrido, unos 1.400 mts. de desnivel, y con un fuerte sol cordillerano. Es así, como de a poco, comenzaron a movilizarse las cordadas, el paso inicial fue algo lento, pero poco a poco a medida del descenso, fueron apresurando cada vez más el ritmo, es así como cerca de las 11:00 llegaron los primeros ruteros, encabezados por Jose, Jano, Sherpa y yo. Cerca de las 13:00 hrs. llegaron
los últimos expedicionarios, todos descansábamos bajo frondosos árboles, cuyas faldas la bañaba el suave estero.
Un par de pasos más, unos cuantos metros y listo, estábamos en la puerta del fundo, claramente, el fin del camino.

Los 29 expedicionarios poníamos fin a nuestro proyecto, con la meta más que cumplida, con el objetivo logrado, con la recompensa en el alma: lo logramos, conquistamos una cumbre, pero más que ello, recorrimos el rostro de otros locos que son parte de este juego: el amor a la libertad.













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