De que estamos hablando?
No sabìa
como empezar a escribir, pero se me hace necesario, porque soy un convencido de
que las historias, por muy subjetivas que sean, pueden servir de ayuda para
otros aventureros.
Con Cristóbal,
que para efectos de este texto, es “mi cordada”, tenemos aproximadamente la
misma cantidad de años en experiencia, no somos avanzados, pero si meticulosos
y responsables con cada aventura que uno emprende, por lo mismo, es que recién en enero y a raíz de tantas cumbres en el macizo del Plomo, es que le dije ... Y
si vamos? Pero si la hacemos, tiene que ser con un toque distinto...
Así
nació la idea de hace el circuito travesía Leonera – Plomo, un trayecto muy
pero muy comùn por “separado”, pero muy poco realizado junto, de hecho,
buscando en la web, no encontramos mucha información al respecto, la gran mayoría se relacionaba a ambas montañas, pero insisto, por separado. Entonces la idea de hacer un doblete de 5000 miles tomó fuerza y comenzó la aventura.
Mapa realizado por Cristóbal |
No hubo reuniones previas, ni grandes revoluciones teóricas, sólo el trabajo personal de cada uno y las decisiones correctas: tu llevas tal cosa, nos vamos en mi auto, partimos a tal hora, yo doy el aviso a socorro andino, entre tantas otras que sólo se pueden dar cuando existe la confianza necesaria en el otro, en tu cordada.
La Ruta
La travesía Leonera – Plomo es un circuito de 45 km aproximadamente, està situada
en la cordillera central y se llega por el camino a Farellones, a través del
centro de Sky La Parva o de Valle Nevado, según sea la ruta escogida.
La travesía comprende dos cumbres, en primera instancia la del Cerro Leonera, que según fuentes de información, tiene 4950 msmn, otras cartas lo citan como 5050
msnm. La segunda cumbre es el emblemático Cerro El Plomo, que es visible desde
gran parte de Santiago y famoso porque encontraron hace un par de décadas, una
momia de un niño inca muy cercano a su cumbre, réplica que puede ser visitada
en el Museo de Historia Natural como “la momia del plomo”.
Este
circuito se realiza en su gran mayoría sobre los 4000 msnm por lo que se hace
necesario una experiencia previa en altura, o en su defecto, una preparación adecuada para el trayecto.
En su
primera parte, no existe agua en el camino, por lo que se debe cargar agua para
las primeras jornadas, aumentando el peso en la mochila, no obstante se hace
necesario, dado que la hidratación en jornadas de estas características es
vital.
Dìa 1: Partimos: Trekking
nocturno
Mi cordada,
nunca había pasado en trekking los 4000 msnm, por tanto, debíamos aclimatar en
cerro. El objeto del primer día era sólo dormir en Laguna Piuquenes, un sector
que está al finalizar el centro de Sky La Parva y que está a unos 3.600 msnm.
A las 19:00 hrs nos juntaríamos, y nunca fue a las 19:00 hrs. Ese día yo venia llegando de unos días fuera de Chile, asi que tuve que arreglar toda mi mochila a la rápida, lo que
me significó que olvidará mi piolet y mi linterna frontal. En relación al
piolet, nada que hacer, no me devolvería y con la linterna, pasamos por un
supermercado y compramos una muy, muy pero muy humilde en comparación al alógeno
de marca mamut que mi cordada tenía.
Entre ordenar
y hacer unos trámites previos, me dieron casi las 20:00 hrs y pasé a buscarlo,
la cosa era con retiro en domicilio, y así emprendimos destino hacia las curvas
del camino de Farellones.
Entre compras
y conversaciones, recién a las 23.00 estacionamos en los andariveles del centro
de sky la Parva y comenzamos la marcha nocturna, un total de 3.5 km nos separaban
de nuestro primer campamento, el frío cordillerano nos acompañaba, pero esta
vez, se sumaba algo de luz de luna, por tanto el camino continuaba sin ningún problema, bajo un cielo completamente descubierto.
El
desnivel del camino es aproximadamente 400 mts, de los cuales se puede hacer de
dos formas, si hubiésemos ido en el día y un sábado o domingo, podríamos haber
tomado el andarivel que nos ahorraría toda esa subida, sin embargo, decidimos
hacerlo muy tarde y en la semana, dado que había que aclimatar y este ejercicio
nos harìa bien al respecto.
Al cabo
de dos horas, llegamos al filo de la laguna y decidimos acampar en ese sector,
muy rápidamente montamos campamento y nos despedimos hasta el otro día, con el
concepto de “a una hora decente nos levantamos”
Día 2: La aclimatación es la
clave
Y la
hora decente fueron aproximadamente las 10:00 am, por lo menos para mi, porque
cuando abrí mis ojos, mi cordada andaba feliz por la vida fotografiando el
sector. Lentamente
preparamos desayuno y ordenamos nuestras cosas, había un sol radiante que nos
daba la bienvenida y que no nos dejaba permanecer por mucho tiempo en nuestras
carpas.
Es asì,
como a las 12:00 hrs, exactamente al medio día, estábamos listos y comprendimos nuestro marcha rumbo a Leonera. En este punto el camino tiene una bifurcación muy señalada, si seguimos de frente iríamos por el sendero que nos lleva
directo a Plomo, pero como haríamos el circuito, tomamos el sendero de la
izquierda, aquel que sube y que nos llevaría por los cerros de la Falsa Parva,
La Parva, Pintor y la primera meta que era Leonera.
Lo primero que hay que hacer es ascender progresivamente un sendero de 300 mts de desnivel con una inclinación bastante pronunciada lo que hacía dificultoso y cansador el inicio, muy dura bienvenida pero necesaria.
Al
terminar este sendero nos encontramos con la cumbre de la Falsa Parva, un cerro
casi imperceptible para todos los trekkineros pero que tiene un altura
considerable de 3900 msnm, fue nuestro primer descanso.
El camino
venidero presenta un sendero marcadísimo, sin posibilidades de perderse, con
una inclinación muy leve por lo que a paso lento ascendimos ya sobre los 4000
msnm y continuamos el camino, descansando en el refugio de la parva de la
Universidad de Chile, un lugar que nos protegía del viento y sirvió de punto de
hidratación y guarnición, por lo menos para mi, mi cordada continuaba en su
aventura fotográfica dejando en imágenes todo lo que sus ojos veían.
Cumbre Cerro Pintor |
El
destino siguiente era campamento, según la bibliografía debía ser en cancha de
carreras, un sector extenso y plano que estaba a las faldas de Leonera; no
obstante, debíamos hacer campamento lo más cercano al filo del cerro, para
estar muy próximo al cruce al campamento venidero, cruce que hasta ese momento
era desconocido. Llegamos al filo a unos 4300 msnm y encontramos una pirca muy
marcada, estábamos protegido por una roca y tras un par de metros teníamos el farellón de más de 200 mts de acantilado, ese sería nuestro segundo
campamento, ya eran las 17:00 hrs había que preparar el día siguiente.
La conversación
de la tarde fue de planificación del día, tenía experiencia en el cerro y sabía
que desde donde estábamos, el factor tiempo nos jugaba a favor, así que
decidimos dormir y dejar sonar el despertador a las 3 am, las buenas noches
para mi comenzaron tipo 19:00 hrs mientras mi cordada, seguía en su osadía
fotográfica.
Día 3: Cumbre Leonera, subiendo y
bajando.
Y sonó el despertador a las 3:00 am, pero entre tanto querer y no querer levantarse,
además de respondernos la típica pregunta matutina de cerro...¿cómo dormiste?,
salimos a trekkear cercano a las 5:00 am.
No amanecí muy bien, la puna quería visitarme, pero me negaba en lo absoluto, sin embargo,
el dolor de cabeza no me abandonaba. Mi desayuno fue un té de mate de coca, ese
mismo que toman los bolivianos por la altura, y lo acompañé con media barrita
de cereal, ya sabrán que la puna quita el apetito, mientras que el desayuno de
mi cordada estuvo ideal, estaba muy ansioso por ascender a su primer cinco mil,
no podía dejarlo sólo.
El trekking
comenzaba con un ascenso muy leve y con una fuerte exposición al viento,
estábamos en el filo del cerro, por lo que ninguna pared nos protegía, afortunadamente el frío no era tan pronunciado y el viento, clave en la
sensación térmica, tenía lo justo.
Ascendimos
sin problemas por la noche, esperando que el sol de amanecida nos brindara un
poco de calor, teníamos una vista increíble de Santiago y la luna nos iluminaba
el Plomo en todo su esplendor. Afortunadamente el sendero está súper marcado,
sólo en algunos tramos al pasar por caminos de rocas se pierde un poco, pero
basta iluminar un par de metros más y se encuentra fácilmente el camino. Los
pasos cada vez se hacían más complejos, más lentos, la altura estaba haciendo
efecto, aún así continuamos era la primera parte de la actividad, no podíamos
parar, debíamos continuar.
En
Santiago, entre las 7 y 8 Am, se pronostican las temperaturas más bajas, en la
cordillera se repetía lo mismo, el frío intenso nos jugó en contra, nuestras
manos sufrían por ello, claramente nos faltó un guante mitón que nos protegiera
aun más del frío, no bastaron los dos guantes por cada uno, tuvimos que parar y
calentarnos las manos con nuestro cuerpo, evidentemente cada uno con su cuerpo, si la cosa tampoco era tan "amistosa"... la idea era retomar movilidad,
gracias a ello continuamos, pero la sensación continúo al cabo de un rato, por
tanto, volvimos a hacer lo mismo y de esa manera también parábamos a descansar.
Veíamos la
cumbre a pocos metros y avanzamos, el viento aumentaba, pero las ganas de
llegar hacía olvidar todo el frío. Un par de pasos y listo, a las 8:45 am
llegaba al plano cumbrero de Leonera, extenuado pero feliz, un minuto atrás mi
cordada su primer cinco mil! Apenas llegó nos dimos un abrazo, llegar a un
cinco mil es un gran logro, más si era la primera vez. El viento paró y el sol
nos abrazó con su calor, estuvimos un buen rato, incluso una pequeña siesta de
minutos y las interminables fotos de rigor, la cumbre se disfruta.
Decidimos
bajar al pasar casi una hora, mi cordada no tuvo ningún problema, no así yo,
que me sentía extremadamente extenuado, el descenso se me hacía eterno, sólo quería llegar a campamento.
Durante el
trayecto estábamos pendiente de la bifurcación hacia el próximo campamento, se
supone que en el trayecto a cumbre el camino se separa y existe otro que va
hacia el campamento base del Plomo, pero a pesar de lo visitado del Cerro, no
es un parque, por lo que no tenía letreros ni avisos por los caminos, sólo
algunas marcas dejadas por los mismos montañistas. Llegamos a un punto en que
algo nos decía que por allí era; sin embargo, no teníamos pistas ni
bifurcaciones definidas, solo el instinto, instinto que se desarrolla gracias a
la experiencia y en este caso, si que sirvió, porque después de que mi cordada
recorriera el sector, encontró el sendero que nos llevaría nuestro destino,
pero antes... antes debimos volver a campamento a desarmar y recomenzar nuevamente.
En campamento
el cansancio me llevó a dormir una siesta profunda de al menos una hora, la que
me repuso en su totalidad. El sol a 4300 es bastante fuerte, por lo que preferí guarecerme al interior de la carpa, mi cordada prefirió hacerlo afuera.
Desarmamos
y recomenzamos nuevamente, caminamos por el filo hasta encont
rar nuevamente la
bifurcación señalizada anteriormente. Llegamos al punto y comenzò el descenso
hacia el campamento Federación, un traverse extendido por un camino muy poco señalizado,
había que tener muy buen ojo y mirar las pircas que marcaban el camino, estas
sirvieron de señal para llegar a destino. a poco andar el camino además de ser
poco definido, comienza el descenso paulatino, lento, incluso llega un momento
en que el descenso es violento, se realiza por un acarreo pronunciado, el que
marca casi el fin del trayecto, el final de este enorme acarreo marca el final
del trayecto entre la bifurcación del Leonera hacia el campamento Federación,
ya que después de unos pasos estábamos frente al grupo de pircas de campamento
y al pequeño refugio Federación.
Campamento Federación |
Llegamos
alrededor de las 15:45 horas a campamento y como situación extraña, encontramos
al campamento sin ningún habitante, estábamos solos en Federación, algo muy
inusual ya que el Plomo es visitado constantemente, pero ahí estábamos,
escogimos la mejor pirca y armamos nuestro campamento, preparamos nuestra
comida y siendo las 18:30 dije adiós al día, mi cordada creo que lo hizo un
poco más tarde, no es fácil dormir a esa hora, sin embargo, el cansancio de
haber ascendido un cinco mil, pudo ayudar bastante. El día terminó para mi,
había que priorizar el descanso, lo que se venía era aún más complejo.
Día 4: El
emblemático Plomo.
Este día
sería distinto desde su inicio, comenzaba literalmente cuando comienza un día
calendario, osea, a las 12:00 hrs. El reloj sonó un poco más tarde que eso,
pero ahí estábamos, cubiertos dentro del saco esperando despertar. Después de
un rato de conversación, pretexto necesario para extender la levantada, a las
1:30 recién vino la preparación oficial que tenía que ver con el desayuno, un
buen mate de coca nos haría bien para oxigenarnos de manera natural y unas
barras de cereales proporcionarían la energía necesaria para lo que se venía.
Amanecí en
perfectas condiciones, sin dolor de cabeza, ni vestigios de puna, estaba muy
bien, con ansias y ganas de avanzar en lo que sería de ese día. Así que a las
3:00 am partimos, como estábamos a 4200 nuestros pasos eran lentos, muy lentos
pero necesario, así no nos jugaba una mala pasada la puna en la altura. Encendí mi humilde linterna, que prácticamente era innecesaria, la luna llena nos
brindaba una armonía especial, un entorno natural y una luz perfecta.
Nuestra primera
meta fue llegar al Refugio Angostini, construido a 4600
msnm por un club de montaña, que gran
aporte para este deporte, me sentí muy orgulloso de aquello, soñé con que algún
día el club del que soy parte, pueda decir, este fue es un aporte al montañismo
chileno.
Refugio Angostini |
Me parecía
muy extraño, que a pesar de mi paso lento, mi cordada quedaba atrás, por lo que
esperé un rato y sentí su jadeo y extremo cansancio... esto no se viene bien,
pensé. Seguí caminando hasta el refugio y mi cordada, nuevamente atrás, el
punto de reunión sería Angostini.
Angostini
es un refugio perfecto, construido casi como un bunker en donde es posible
cobijarse del clima externo, llegué sin dificultad a ese oasis a 4600 msnm y
ahí estaban dos colegas de montaña, ambos jóvenes, pero con mucha
experiencia. Los saludé cordialmente con la amabilidad que caracteriza los
montañistas que se encuentran en estos parajes, llevaba cerca de 30 minutos de
conversación y aparece mi cordada, apunado completamente, había devuelto hace
poco el té que se tomó y su jadeo demostraba un cansancio extremo.
Abrió la puerta del Refugio, entró y dijo: Yo llego hasta aca. Responsablemente mi cordada se puso sus propios límites. Lo primero que pensé es no subir, y quedarme con él; sin embargo, estaba bien, así lo manifestaba y sólo requería descanso. Los otros colegas, me indicaron lo mismo y me invitaron a subir con ellos, afortunadamente fue así, porque no subiría sólo, existe un grado de peligro y ya tuve la experiencia de no andar sólo por la cordillera, menos sobre un cinco mil, por tanto, nos preparamos y partimos nuevamente, cuando los vi, me imaginaba que eran deportistas a full, por tanto, les indiqué que partirñi primero, pues yo era más lento... en la teoría, porque al poco andar, me di cuenta que le saqué una ventaja no menor.
Abrió la puerta del Refugio, entró y dijo: Yo llego hasta aca. Responsablemente mi cordada se puso sus propios límites. Lo primero que pensé es no subir, y quedarme con él; sin embargo, estaba bien, así lo manifestaba y sólo requería descanso. Los otros colegas, me indicaron lo mismo y me invitaron a subir con ellos, afortunadamente fue así, porque no subiría sólo, existe un grado de peligro y ya tuve la experiencia de no andar sólo por la cordillera, menos sobre un cinco mil, por tanto, nos preparamos y partimos nuevamente, cuando los vi, me imaginaba que eran deportistas a full, por tanto, les indiqué que partirñi primero, pues yo era más lento... en la teoría, porque al poco andar, me di cuenta que le saqué una ventaja no menor.
No tengo
gran capacidad física, sin embargo, creo tener un alto grado de resistencia, de
hecho, mis pasos, a pesar de ser cortos y muy lentos por la altura, eran consecutivos
y sin descanso, no así el de mis pares, ya que de cada 10 pasos significaba un
descanso, he aprendido que esa es la clave: perseverancia, en este caso,
física, pero perseverancia.
El sendero sobre el Refugio Angostini, presenta un ascenso constante y sostenido, sin ir mas lejos, se ascienden 600 mts de altura en un tramo muy menor, por lo que la pendiente por el acarreo es fuerte, por tanto el camino presentaba per se, una dificultad, más aún si estamos caminando sobre 4600 msnm, un dato no menor. Comenzaba a aclarecer y se vislumbraban dos caminos de ascenso, un zigzag que parecía eterno y uno más directo, evidentemente tomamos el de zigzag, el otro era de bajada, siempre en montaña el camino que se ve màs directo es de bajada, sino.. un acarreo de dos paso pa`delante y tres pa`atras! Todavía estaría subiendo...
Por el
camino, existe una bifurcación que acorta el camino hasta la pirca del inca,
oratorio en que encontraron la emblemática momia del Plomo hace ya 40 años, al
llegar a la bifurcación se toma el camino a la derecha, porque el de la
izquierda nos lleva a dar una vuelta enooooooorme e innecesaria, sin embargo, mi
nueva cordada aún no aparecía, así que los esperé por un buen rato, muy mala idea, pésimo fue haberlo hecho, me enfríe y el frío se apoderó de mi, las manos fueron las que más sufrieron. (en realidad necesito urgente unos mitones decentes). Llegaron a
los 20 minutos y nuevamente emprendimos el camino hacia la pirca, cada vez
estábamos más cerca.
Llegué
al filo del cerro, y vi un pequeño morro, tras él, la pirca del inca, la que me
significaría un descanso protegido del viento, aún estaba frío. Llegué y nos
pusimos al interior de la pirca, su formación es perfecta para guarcerse del
viento. Mi cordada encendió la cocinilla y tomamos un té, especial para el
frío, aproveché de calentar mis manos, estaban frías, las sentía débiles, pero
que con un poco de calor se soluciona y así fue.
Frente a
la pirca del Inca, está el emblemático glaciar Iver, aquel cruce peligroso de
hielo que se hace a 5200 msnm, la bibliografía casi oficial dice que son 45
minutos de cruce, pero al parecer el calentamiento global ha hecho su efecto
hasta en la altura, ya que el “temido” cruce, no significó más de 10 minutos,
de hecho, literalmente se demora más ponerse y sacarse los crampones, proceso
que se vuelve una osadía, ya que uno se debe sacar los guantes y acomodarse las
correas en los zapatos, todo en el menor tiempo posible e insisto, a 5200 msnm,
reitero: una osadía.
Posterior
al cruce de glaciar viene un sendero zigzagueado de en ascenso que llega a la
cumbre falsa del Plomo, aquella cumbre que se ve desde Santiago, sabía que esa
no era, por lo que no me hice ninguna expectativa, pero creo que aquellos que
van por primera vez, piensan que es el final y claramente al llegar a su
cumbre, se dan cuenta que aún queda todavía.
Llegué a
esta ante cumbre y esperé a mi cordada, la que me indicó que avanzará simplemente
por el sendero, sólo queda la exposición por el filo ancho del cerro y
exposición al viento, pero extrañamente a esa hora, tras 6 horas de marcha ya
había cesado, por lo que esa caminata no estuvo dificultosa, caminé y después de subir un par
de morros pequeños, comencé a ver aqueellas banderitas tibetanas del Plomo, lo
que me significaba su cumbre, lentamente, a paso constante y firme, no quedaba
nada y ya estaba sobre el plomo, había conquistado, atacado no se! Pero había
logrado su cumbre, no había viento y un sol radiante, eran las 9:45 del día 13
de febrero y lo había logrado, el clima me permitió tomar un par de fotografías
y disfrutar de su cumbre, la vista en su cumbre es maravillosa, el Mercedario,
el Aconcagua, Juncal, el Risopatron, Tupungato, San José, Marmolejo, enormes
cumbres eran registradas por mi sencilla cámara, incluso se veía el famoso “Salto
del Olivares”, insisto, el mejor regalo de una cumbre, es la vista y yo, la tenía frente a mi.
Mi cordada
nueva, llegó al menos 30 minutos después, eramos tres disfrutando de una
cumbre, tomando fotografías y disfrutando de la vista; recibí una clase magistral de geografía, uno a uno
me enseñaron los cerros que estaban frente a mi, con su nombre y altura,
aquello que está en los libros, ahora era visible, todo estaba bien.
Decidimos
bajar, íbamos los tres juntos, la bajada no presenta dificultad, es un sendero
con una suave pendiente, por lo que no era tan complejo, y así fue como llegamos
al glaciar nuevamente, el viento se había ido, por lo que la sensación térmica
era bastante aceptable. Tras el cruce de glaciar nos detuvimos un buen rato a
conversar, no nos dimos ni cuenta y estabamos sentados a 5200 msnm como quien se
siente en la plaza, ahí eramos tres montañistas hablando de experiencias y
cerros por conocer.
A poco
andar, nos dimos cuenta que en la pirca del inca, estaba mi cordada,
afortunadamente se había recuperado y había subido, me alegré enormemente nos
saludamos y nos felicitamos, para ambos era un mérito llegar hasta donde lo
hicimos. Felicitaciones para él! Gran cordada.
Bajamos raudamente, por el enorme acarreo y vimos las
rutas más directas, a poco andar, ya estaba en el Refugio Angostini, lo que me
demoré más de 3 horas en subir, en menos de una hora ya lo había descendido. Debo
reconocer que tengo facilidades con los acarreos de bajada, no demoré nada en
relación a mis colegas, mi cordada llegó media hora después que yo y mis otros
compañeros lo hicieron al cabo de una hora, por lo que me significó un descanso
prolongado en el refugio.
Todos juntos
conversamos y nos dimos los datos (“facebook perro”) y junto a mi cordada
decidimos descender a nuestro campamento, aún nos quedaban más de 400 mts de
desnivel, lo que se traduce en algo más de un kilómetro de descenso, lo hicimos
muy lento, disfrutamos del paisaje y del enorme glaciar del Plomo, había
tiempo, era poco más de medio día recién.
Teníamos
en la teoría, llegar a campamento y desarmar para bajar a Piedra Numerada, el
campamento previo a Federación por la ruta normal del Plomo, recuerda que lo
nuestro era una travesía por tanto, saldríamos por otra ruta; sin embargo, sólo
quedó en la teoría el desarme, ya que nos recostamos y nos quedamos
profundamente dormidos, el Plomo nos había pasado la cuenta.
Desarmamos
y comenzamos la ruta a Piedra Numerada, el descenso era de un par de kilómetros y un descenso de unos 600 mts, pero teníamos la esperanza de que al llegar al
campamento podríamos descansar en un entorno verde, con agua fluida y
constante, algo que no habíamos visto en días.
Ese día
fue el día del trasnoche, tras haberse acostado días anteriores a las 19:00
hrs, ese día nos “amanecimos” siendo las 22:00 hrs el día terminó y el sueño
nos sucumbió. Ya casi todo habìa terminado.
Día 5:
Un descanso necesario, el fin.
Hay
personas que suben el Plomo en dos, tres días, logran su cumbre y se van para
la casa, pero tener un día relajado y de disfrute del cerro tiene un sesgo
especial, disfrutamos de cada momento y ambiente.
El día
comenzó poco antes de las 10:00 hrs, si, si y si, matemáticamente se puede
calcular que el sueño duró casi 12 horas, algo inusual para un santiaguino,
pero esto, eran vacaciones, cansadoras pero vacaciones.
Lentamente
tomamos desayuno, guardamos nuestras cosas y tomamos las fotografías de rigor,
renovar la portada y el perfil era la misión de la mañana, pero todas con
estilo, había tiempo y nos dimos el gusto de permanecer más tiempo. Atrás
veíamos el Plomo y un cúmulo de nubes sobre él, a esto se refería el clima que mi
cordada había estudiado, no debíamos retrasarnos en nuestro itinerario, se
pronosticaba un mal tiempo, después supimos que la ONEMI había decretado alerta
preventiva, pero estaba todo bajo control, sólo nos tocaba descender hasta el
punto de partida.
Nos topamos
con cuatro montañistas de Talca, todos militares que iban al
Plomo, y sólo uno conocía, así que estaban todos impresionados por el lugar y expectantes por la experiencia, así continúaba el camino y en un punto de descanso, poco antes de la laguna Piquenes nos encontramos con un par de “tatitas”, casi una figura tierna a simple vista, sin embargo, estos señores, no hablaban español, venían de Nueva Zelanda especialmente a cerros de Chile, semana anterior habían hecho el Descabezado Grande, esta semana el Plomo y la venidera tenían preparado el Marmolejo, los “tatitas” eran unos verdaderos próceres, llegar a viejo y así! Feliz! “du you like prins rois” (traducciòn real: te gusta el fritz roy?). Eso, nos hizo reir hasta ahora.
Plomo, y sólo uno conocía, así que estaban todos impresionados por el lugar y expectantes por la experiencia, así continúaba el camino y en un punto de descanso, poco antes de la laguna Piquenes nos encontramos con un par de “tatitas”, casi una figura tierna a simple vista, sin embargo, estos señores, no hablaban español, venían de Nueva Zelanda especialmente a cerros de Chile, semana anterior habían hecho el Descabezado Grande, esta semana el Plomo y la venidera tenían preparado el Marmolejo, los “tatitas” eran unos verdaderos próceres, llegar a viejo y así! Feliz! “du you like prins rois” (traducciòn real: te gusta el fritz roy?). Eso, nos hizo reir hasta ahora.
La laguna
marcaba el inicio del camino, desde ese punto hasta el estacionamiento nos
quedaban unos tres kilómetros y sería el único sendero repetido de la travesía,
aquel que ya se centraba en la civilización, estábamos dentro del centro de Sky La Parva, por lo que la naturaleza cada vez se alejaba más.
Dicen por
ahí que una verdadera foto de cumbre es aquella que se da al final del
trayecto, por lo que un abrazo cerca del auto, marcó el final de la
travesía, Leonera y Plomo, ambos cerros juntos, ya era
parte de nuestra historia.
Anexo
Conquista
o ataque de cumbre?
Que difícil responder a ese cuestionamiento, algunos atacan, otros conquistan, pero en este
caso que?. Creo ser el ciudadano número indeterminado que sube el Plomo, y que
hago yo, sólo frente a esa enorme masa de hielo, roca... conquista? Ni que
fuera Pedro de Valdivia.
Ahora bien,
el ataque a cumbre? Ataque, es igual a pelea, discusión, enfrentamiento, no es
que vea a la cumbre todo el rato intentado
derrotarme, ni yo peleando con ella para poner mis pies en su punto máximo,
entonces, que veo, un tipo que lucha con sus propios temores, arraigados en el
respeto al entorno natural y condiciones climáticas, que intenta llegar hasta
el punto màs alto, y obtener asì la recompensa del trabajo hecho, tras una
vista incomparable desde todo angulo, y el que después dice, yo también logré
cumbre en el Plomo.